Diez años de moda
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El Corte Inglés: diez años de guerra contra todo

Por P. Riaño / C. de Angelis

Diez años de moda en España

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Por P. Riaño / C. de Angelis

El Corte Inglés: diez años de guerra contra todo

El fallecimiento de Isidoro Álvarez en 2014 fue sin duda uno de los acontecimientos más importantes de la última década en el sector de la moda en España. El hombre que lideró desde 1989 el único grupo español de grandes almacenes no sólo dejó un legado imborrable en el negocio de la distribución en España tras pilotar una etapa de fuerte crecimiento en El Corte Inglés, sino que abrió con su desaparición una etapa incierta en la que sus sucesores se disputaron el control del grupo en una agria guerra accionarial. Dimas Gimeno, elegido por Álvarez como su sucesor, acabó perdiendo una batalla en la que se impusieron sus primas, Marta y Cristina Álvarez Guil. Resuelto el conflicto sucesorio, El Corte Inglés continúa teniendo importantes asignaturas pendientes. Jesús Nuño de la Rosa, el nuevo presidente del grupo, tiene varios frentes a los que atender: deuda, estancamiento del consumo, internacionalización, nuevos consumidores, transformación digital, Amazon y centros no rentables son los principales.

 

Si alguien realizara el ejercicio de identificar a las diez empresas más importantes de la economía española, El Corte Inglés estaría sin duda entre ellas. Probablemente, el grupo español de grandes almacenes debería estar también entre las cinco más importantes y, atendiendo a las consecuencias de su eventual desaparición en términos de empleo y riqueza, tampoco podría faltar entre las tres primeras clasificadas.

 

Con una altísima dependencia del mercado español, El Corte Inglés mostró a partir de 2018 una gran permeabilidad a la situación de la economía: si España va mal, el principal grupo de distribución del país se resiente.

 

Ese año, la facturación del grupo se redujo un 3,5% respecto a 2007, pero el mayor impacto se reflejó en el beneficio de la compañía, que se desplomó un 35%. La compañía contaba por aquel entonces con una red de unos setenta centros en España y Portugal, que la inercia de crecimiento iniciada en los años anteriores elevó a 86 establecimientos en 2013. Pese a ello, tanto la facturación como el beneficio continuaban cayendo de forma continuada.

 

Cronología de El Corte Inglés

En 2010, el grupo ya sumaba más de 100.000 trabajadores directos, consolidándose como uno de los principales empleadores de España. La capilaridad del grupo en todo el país y su estrecha relación con cientos de proveedores, en el sector de la moda y otros, hacen asimismo de El Corte Inglés un actor económico clave. Cuando la compañía de grandes almacenes atraviesa una gran crisis, su impacto en la economía española es mayúsculo.

Los últimos pasos de la era Álvarez

Isidoro Álvarez, presidente del grupo español, sumaba en el inicio de la década más de setenta años, pero no por ello el grupo dejó de tomar decisiones de calado para hacer frente a la situación económica adversa. El dinamismo es, probablemente, el rasgo más característico del mandato de Álvarez en el grupo, y así continuó siendo en los primeros años de la última década.

 

En 2010, el grupo ya sumaba más de 100.000 trabajadores directos

 

En 2010, el grupo ya comenzó a implementar cambios en su oferta con la puesta en marcha de una decena de establecimientos dedicados a marcas de nivel alto. Estas tiendas, situadas a pie de calle o en centros comerciales, apostaron por una imagen cuidada adaptada a la oferta de marcas como Sandro o Maje. Ese mismo año, El Corte Inglés suscribió también un acuerdo con Sephora para construir una sociedad conjunta, Perfumes y Cosméticos Gran Vía, participada en un 55% por el grupo español.

 

Nuevas marcas internacionales de gama alta como Juicy Couture, See by Chloé o Pinko se sumaron en 2011 a la oferta de El Corte Inglés, que superó entonces el medio millar de firmas en sus establecimientos. Sin embargo, más allá de la gama alta, el grupo abrió también sus centros a marcas accesibles: en 2012 dio entrada a Shana, en 2015 llegó a un acuerdo con Gap para introducir la marca en España y en 2019 pactó con Mango para hacer llegar a sus tiendas la oferta de Violeta.

 

10% Es el porcentaje de El Corte Inglés que controla el inversor qatarí Al Thani. El grupo abrió en 2015 su capital por primera vez en su historia a un inversor ajeno a la familia fundadora.

 

La estrategia comercial del grupo continuó dando pasos importantes en 2016, cuando estrenó en la calle Serrano de Madrid un establecimiento sólo de moda femenina, un centro sólo de deporte en Sevilla o un espacio sólo para el segmento teen en su centro de Goya.

 

Junto a la estrategia por consolidarse como escaparate de las grandes marcas en España, El Corte Inglés continuó reforzando su apuesta por las marcas propias de moda. Gals&Guys (a imagen y semejanza del fenómeno de esos años, la estadounidense Abercrombie&Fitch), Elogy u Hominem fueron algunas de las marcas creadas en los primeros años después de la crisis.

 

Sfera también tuvo un peso especial en las decisiones del grupo en los primeros años tras el estallido de la crisis: después de que en 2008 la cadena empeorara sus resultados, la apuesta de El Corte Inglés para competir con cadenas como Zara o Mango empezó a integrarse en los grandes almacenes del grupo. Más tarde Sfera dio pasos en el sentido contrario: la punta de lanza de la internacionalización de El Corte Inglés se independizó del grupo en 2017 con la creación de un consejo propio, tras varios años consolidándose como uno de los motores de crecimiento de la compañía.

 

El Corte Inglés continuó reforzando su apuesta por las marcas propias de moda

 

La integración de Induyco, la filial industrial de confección del grupo, en la estructura de El Corte Inglés también fue un paso clave en la última década. La operación permitió en 2012 mayor control sobre la gestión de marcas como Tintoretto o Síntesis.

La apuesta por las marcas propias, con cada vez más peso en la oferta del grupo, dio más flexibilidad a El Corte Inglés en la política de precios, clave en los últimos años. En un entorno de descuentos y promociones cada vez más frecuentes, en 2012 el grupo anunció una rebaja del 20% en 5.000 referencias de su oferta de alimentación.

 

Un año más tarde, la compañía llegó a un nuevo compromiso con los clientes, a los que prometía que encontrarían “precios muy competitivos” también en la oferta de moda. “Estrena lo nuevo”, “Límite 48 horas” o, por supuesto, el Black Friday fueron algunos de los reclamos del grupo en sus plantas de moda.

La sucesión

En mitad de la crisis, en la que El Corte Inglés logró mantener los números negros año tras año (y volver a crecer a partir de 2014), el gigante español de la distribución inició su proceso sucesorio. Dimas Gimeno, sobrino de Isidoro Álvarez, fue elegido por el segundo para sucederle y, ya antes de su fallecimiento, fue escalando posiciones en la cúpula de El Corte Inglés.

 

En 2010, Gimeno se incorporó al consejo del grupo; en 2013, fue nombrado director general, y en 2014, tras el fallecimiento de su tío, ascendió a la presidencia. Sin embargo, lo que parecía un proceso de sucesión ordenado dio origen a una de las guerras accionariales más delicadas de los últimos años. Álvarez había dividido su herencia, agrupada en la sociedad Iasa, entre sus dos hijas (que obtuvieron el 69%) y sus hermanos y sobrinos (el 31% restante), lo que complicó la gobernabilidad del grupo.

 

La batalla por el control de la Fundación Ramón Areces, propietaria del 37,4% del grupo, fue el detonante de la guerra. Florencio Lasaga asumió la presidencia de la fundación, cargo al que se había postulado el propio Gimeno, y las dos hermanas se incorporaron al patronato. Lejos de tener una actitud pasiva, Marta y Cristina Álvarez impulsaron la creación de una comisión ejecutiva que, a partir de febrero de 2017, tomó fuerza en la gestión del grupo.

 

En 2010, Gimeno se incorporó al consejo del grupo; en 2013, fue nombrado director general, y en 2014, ascendió a la presidencia

 

La siguiente victoria de las hermanas se produjo con el nombramiento de Víctor del Pozo como director general de retail, a lo que siguió la salida del grupo de Leopoldo del Nogal, fiel a Gimeno, a cambio de una indemnización millonaria. En octubre de 2017, otra persona afín a las hermanas Álvarez, Jesús Nuño de la Rosa, ascendió en la compañía.

Evolución de El Corte Inglés

 

La estocada se produjo en octubre de 2017, cuando el consejo suprimió los poderes ejecutivos de Gimeno y nombró a Del Pozo y Nuño de la Rosa consejeros delegados de la empresa. Tras mantener en vilo al sector durante unos meses, Gimeno tiró definitivamente la toalla en la batalla por el control del grupo en junio de 2018, cuando Nuño de la Rosa asumió la presidencia.

Deuda, capital y desinversiones

Antes del estallido de esta guerra accionarial, El Corte Inglés ya había dado pasos importantes para encarar otro frente de batalla: la deuda. En 2013, con Isidoro Álvarez todavía activo, el grupo suscribió un acuerdo con 27 entidades financieras para refinanciar su deuda a través de un préstamo a ocho años por 4.909 millones de euros.

 

En 2014, el grupo fichó a Manuel Pizarro, ex presidente de Endesa, para asesorar en el proceso de reestructuración financiera del grupo, que en los últimos años ha utilizado nuevos mecanismos para financiarse, como las emisiones de bonos. El grupo se sumó incluso al Mercado Alternativo de Renta Fija (Marf), donde en 2015 lanzó un programa de pagarés por 300 millones de euros.

 

Pero la mayor decisión de la década en términos financieros del grupo español fue la entrada, en 2015, de un nuevo accionista al grupo: el inversor qatarí Sheikh Hamad Bin Jassin Al Thani. El nuevo accionista de la compañía inyectó a través de la sociedad Primefin 1.000 millones de euros mediante un préstamo convertible en acciones, una operación que le valió en 2018 para hacerse con el 10,3% de la compañía madrileña de grandes almacenes.

 

El inversor qatarí Sheikh Hamad Bin Jassin Al Thani entró en el grupo en 2015

 

La mejora de la estructura financiera también llevó a El Corte Inglés a iniciar en 2016 una política de desinversiones que comenzó ese año con la venta de locales en Madrid y Barcelona y de un paquete de activos logísticos, o la enajenación en 2017 del 40% de la sociedad Iberiafon, titular del edificio Torres Serrano. Antes, el grupo había vendido los inmuebles que alojan algunos de sus centros más emblemáticos en Madrid y Barcelona: en 2013 vendió a IBA Capital el número 9 de la calle Preciados de Madrid y el inmueble que ocupaba su centro de Plaza Cataluña con las Ramblas de Barcelona, que abandonaría unos años después.

 

En 2018, el grupo logró un nuevo pacto para refinanciar 3.650 millones de euros de deuda y puso en marcha un plan de desinversiones de hasta 2.000 millones de euros a través de la venta de más activos inmobiliarios y su negocio de informática (una operación que no se produjo). La venta de la cadena Optica 2000 al grupo holandés GrandVision, en el arranque de 2019, ha sido uno de sus últimos movimientos.

De Álvarez a las Álvarez

Apuesta tecnológica

En lo que atañe más estrictamente al negocio, El Corte Inglés ha desarrollado en los últimos años una sustancial apuesta tecnológica para hacer frente a su nuevo gran rival: Amazon. Sólo en 2017 el grupo anunció una inversión de 100 millones de euros en la mejora de sus servicios de comercio electrónico y la omnicanalidad. Sin embargo, el gran golpe de efecto llegaría en 2018, cuando el grupo anunció un acuerdo con el gigante chino del comercio electrónico Alibaba para desarrollar una colaboración global.