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Bimba y Lola: del crecimiento de libro al flirteo con el capital

Por P. Riaño

Diez años de moda en España

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Por P. Riaño

Bimba y Lola: del crecimiento de libro al flirteo con el capital

Crecimiento y rentabilidad ha sido el binomio que ha hecho de la marca española el objeto de deseo de fondos como L Capital o Permira. Sin embargo, ni en 2013 ni en 2018 aceptaron pagar por la compañía lo que los accionistas demandaban.

 

Si es cierto que lo bueno se hace esperar, el flirteo de Bimba y Lola con el capital riesgo tendrá algún día un final muy feliz.Por ahora, el que es uno de los últimos fenómenos de la moda española se ha hecho desear por los grandes fondos internacionales, seducidos por el rápido crecimiento de la marca gallega tanto en el mercado español con en el ámbito internacional, así como por su rentabilidad. Sin embargo, a pesar de los diferentes acercamientos en los últimos años, el matrimonio no se ha llegado a consumar.

 

De hecho, la compañía gallega cierra la década diciendo no por tercera vez a las ofertas del capital riesgo por hacerse por la compañía, después de que a mediados de 2018 las gestoras Permira y The Carlyle Group, finalistas en el proceso de compra de la empresa, rechazaran cubrir las aspiraciones de los propietarios de la compañía: cerca de 500 millones de euros por la empresa.

 

Tras el no a la venta, la empresa ha abierto una nueva etapa en solitario y con un nuevo primer ejecutivo, José Manuel Martínez Gutiérrez, ex directivo de Inditex que desde 2012 había ejercido como consejero delegado del grupo alemán Esprit. El plan estratégico hasta 2022 pretende que el proyecto dirigido por María y Uxía Domínguez (hijas de Jesús Domínguez, cofundador de Sociedad Textil Lonia y hermano de Adolfo Domínguez) construya “una marca global de referencia dentro de su segmento”.

Cronología de Bimba y Lola

 

Más internacionalización, con el foco puesto en el crecimiento en Europa, Latinoamérica y Asia, desarrollo online y omnicanal y un nuevo equipo gestor, con Martínez Gutiérrez y un nuevo consejo de administración con profesionales independientes, son los tres pilares de esta nueva estrategia. La salida a bolsa es también una opción que Bimba y Lola tiene encima de la mesa como alternativa al capital riesgo para captar recursos con los que financiar su crecimiento.

 

La salida a bolsa es también una opción que Bimba y Lola tiene encima de la mesa

 

Una facturación de 201,3 millones de euros, generada en un 28% en los mercados internacionales, y una red de 272 puntos de venta en catorce países. Estas son las cifras de Bimba y Lola en 2018, momento de arranque de su “nueva etapa”. ¿Cómo ha llegado hasta aquí?

Nacer y estallar la crisis

Bimba y Lola aprendió a la fuerza a desarrollar su modelo de negocio en un entorno de contracción económica. La empresa nació en 2005 con el nombre de Moet&Mos, pero lo modificó rápidamente por Bimba&Lola. En 2006 abrió en Bilbao su primera tienda y el éxito de su modelo de accesorios y posicionamiento en el segmento premium accesible le permitió extender su red a través de tiendas propias y franquicias por toda España.

 

Cuando la crisis ya había empezado a hacer acto de presencia, la compañía cerró el ejercicio 2008, en febrero del año siguiente, con una cifra de negocio de 47 millones de euros y una red de tiendas que otras marcas tardan décadas en construir. En 2009 el grupo contaba con más de ochenta tiendas en España, seis puntos de venta en Portugal, tres en Malasia, dos en Francia y uno en Egipto, Kuwait y Arabia Saudí.

 

A finales de ese año, en el que la empresa decidió introducir su primera línea de moda textil, Bimba y Lola eligió Singapur para abrir su tienda número cien en el mundo. Tras crecer en Asia, en 2010 la compañía viró el rumbo de su expansión internacional y puso Latinoamérica en su punto de mira. En México, la empresa gallega se propuso abrir veinte tiendas, después de inaugurar sus primeros establecimientos en Costa Rica y poner el foco en otros mercados como Perú, Panamá y Líbano.

 

Mientras España se sumergía en una crisis económica cada vez más profunda, Bimba y Lola cerró el ejercicio 2010 con una inversión de cuatro millones de euros tanto en el crecimiento en su red de distribución como en la adquisición de su sede central, en Pontevedra, que hasta entonces ocupaba en régimen de alquiler.

 

En 2009 el grupo contaba con más de ochenta tiendas en España

 

Con el pie en el acelerador para la apertura de tiendas físicas, Bimba y Lola también tuvo tiempo en 2010 de dar el salto al online, aunque su estreno en la Red fue errático. Tras meses de retraso, Bimba y Lola abrió la venta online en un total de 28 países. La compañía acabó demandando en 2012 a Leitmotiv Media, la empresa encargada de la creación de su tienda online, por los problemas registrados en la plataforma.

Gas internacional

El continuado crecimiento internacional de Bimba y Lola ha sido un motor clave en su desarrollo en la última década. Nuevos países y tiendas permitieron que en 2011 el grupo gallego lograra crecer un 18%, hasta una cifra de negocio que se situaba ya en 74 millones de euros. Entonces, los mercados internacionales representaban un 15% del negocio de la compañía, que continuaba decidida en crecer en el extranjero para reducir su dependencia del mercado local.

 

Oriente Medio, Latinoamérica y Rusia eran entonces los mercados objetivo de Bimba y Lola, que en aquel año también entró en países como Jordania y Reino Unido, con su primera tienda en Londres.

 

En 2012, los complementos de Bimba y Lola llegaron a Bogotá, en Colombia, y Caracas, en Venezuela, mientras la empresa ultimaba su desembarco en Santo Domingo, Isla Margarita y Panamá, junto a otros mercados como Corea del Sur.

El carácter cada vez más multinacional de Bimba y Lola obligó a la compañía a tomar también otras medidas. En el mismo 2012, por ejemplo, la empresa incorporó a Rafael Jiménez, ex directivo de Hugo Boss o Missoni, como director de comunicación internacional.

 

El primer intento de Bimba y Lola por alcanzar un acuerdo con el capital riesgo no tuvo un desenlace favorable

 

La entrada de Jiménez fue sólo un preámbulo para el fichaje un año después del primer director general en la historia de la empresa. El grupo de la familia Domínguez incorporó entonces a Nicolás Corral, ex director de concesiones de Acciona, como primer ejecutivo. Tan discreto como las propias fundadoras, Corral permaneció en la compañía hasta 2018.

 

272 Son los puntos de venta que sumaba Bimba y Lola a cierre del ejercicio 2018. Tiendas propias, franquicias y corners son los formatos de la cadena.

 

El ejercicio 2012 se había cerrado de forma discreta, con un crecimiento de sólo el 5%, hasta los 77 millones de euros, y un beneficio de 7,5 millones, con un retroceso del 35% respecto al año anterior. Por ello, en paralelo a la construcción de un nuevo equipo, la compañía había empezado también a buscar formas de reforzar su capital. La empresa se alió con el banco de inversión Socios Financieros para estudiar la entrada de un socio con el que financiar su desarrollo internacional. La empresa esperaba ceder cerca del 30% de las acciones y obtener así entre treinta y cuarenta millones de euros.

 

El primer intento de Bimba y Lola por alcanzar un acuerdo con el capital riesgo no tuvo un desenlace favorable. La empresa gallega era una de las pocas que podían adaptarse a las métricas fijadas por L Capital (brazo inversor del LVMH) que por aquel entonces contaba con estructura propia en el país. Sin embargo, las negociaciones no llegaron a fructificar.

 

El Instituto de Crédito Oficial (ICO) le dio tiempo a la compañía para buscar socios con tranquilidad: en marzo de 2013 le concedió un préstamo por 10 millones de euros, gestionado por Banco Sabadell, para financiar su internacionalización, que no dejó de desarrollarse. Alemania, Emiratos Árabes o Chile fueron algunos de los destinos que fue alcanzando Bimba y Lola, que en el ejercicio 2013 había dejado su beneficio prácticamente a cero, pero había recuperado el ritmo de crecimiento con un incremento del 11,6% en sus ventas, hasta 86,6 millones de euros.

Evolución de Bimba y Lola

 

En febrero de 2014, cuando concluyó el ejercicio 2013, Bimba y Lola contaba con una red de 184 puntos de venta: 76 tiendas propias, 65 franquicias y 43 corners en grandes almacenes como El Corte Inglés o El Palacio de Hierro. La cuota de ventas internacionales había llegado ya al 21%.

Nueva marca

Aunque la expansión ha sido el mantra de Bimba y Lola, la compañía no ha dejado de tomar decisiones de calado en términos de producto y marca. Por ejemplo, en 2013 la marca pasó de Bimba&Lola a Bimba y Lola y puso en marcha una renovación de su imagen que implicó un nuevo logotipo en sus tiendas y productos. En 2014, la empresa continuó ampliando su gama de productos e impulsó su primera colección de moda de baño.

 

En 2013 la marca pasó de Bimba&Lola a Bimba y Lola

 

En ese ejercicio, la compañía volvió a crecer a doble dígito, con un alza de las ventas del 13,7%, hasta rozar los cien millones de euros, y recuperó su beneficio con un resultado de 10,6 millones. El negocio internacional se incrementó en 2014 un 30,6% y la compañía ya obtuvo el 25% de sus ventas en el extranjero.

 

La empresa, que sumaba ya 19 mercados en su mapamundi, abrió en 2015 su tienda número 200 en Bélgica. Ese año lo cerró con un crecimiento del 17,4% y unas ventas internacionales que llegaban ya al 26%.

 

Al cerrar el ejercicio 2016 Bimba y Lola volvió a tantear la apertura de su capital. La compañía facturaba ya 152,4 millones de euros y había recorrido buena parte del trayecto que piden los fondos a la hora de invertir en una empresa de moda: una expansión internacional que demuestre que el modelo es escalable fuera del país de origen de la marca.

 

Arcano, Lazard o Rothschild fueron algunos de los bancos de inversión que se interesaron por el proceso, aunque finalmente fue Morgan Stanley el encargado, a finales de 2017, de liderar la búsqueda de socios.

 

Mientras las negociaciones se mantenían abiertas, Bimba y Lola no dejó de incorporar talento a su estructura directiva con ejecutivos con experiencia en empresas de renombre. El primero de estos fichajes fue el de Cibrán Vázquez, ex ejecutivo de Sybilla y Zara, nombrado en 2017 director de ecommerce. Adrián Blanco, ex directivo de Sociedad Textil Lonia y Bestseller, fue el siguiente: en octubre de 2017 fue nombrado director internacional de retail.

 

Mientras las negociaciones se mantenían abiertas, Bimba y Lola no dejó de incorporar talento a su estructura directiva

 

El equipo internacional de Bimba y Lola se completó poco después con la incorporación de un nuevo director de expansión internacional. La responsabilidad recayó en Joan Rouras, ex de Pepe Jeans, Desigual y Cushman&Wakefield.

En paralelo a las negociaciones para la entrada de nuevos accionistas (a principios de 2018 ya empezó a circular el cuaderno de venta, que planteaba la venta del 70% de la empresa y que el equipo directivo permaneciera en la gestión), Bimba y Lola encontró una nueva ubicación para su cuartel general: la empresa suscribió una opción de compra de seis parcelas de 21.000 metros cuadrados en Nigrán (Pontevedra), en los que instalará su sede en 2020.

Segundo no y nueva etapa

A mediados de 2018 todo parecía listo para un desenlace a lo grande en el proceso de venta de Bimba y Lola. Dos pesos pesados del capital riesgo, la británica Permira y la estadounidense The Carlyle Group, entraron en la segunda fase del proceso después de que se cayeran muchos otros pretendientes, ante la fuerte competencia en la puja y, sobre todo, las altas expectativas de valoración de los vendedores. KKR o Bain Capital habían sido algunos de los participantes en la fase anterior.

 

Permira, que en 2017 había conseguido salir finalmente del capital de Grupo Cortefiel (vendió su participación a los fondos de capital riesgo CVC y Pai), fue la que presentó la oferta más alta, valorando Bimba y Lola en cerca de 400 millones de euros. Sin embargo, los accionistas de la empresa, que en 2018 alcanzaría una facturación de 201,3 millones de euros, no tuvieron suficiente.

 

Más allá del crecimiento internacional, la empresa española podría abrir la puerta incluso a las adquisiciones

 

En un golpe de efecto que sorprendió en el sector, la empresa perdió en julio a su director general, que volvió a Acciona, y pocos días después de conocerse la salida de Corral se anunció el nombramiento de Martínez Gutiérrez como nuevo primer ejecutivo.

 

“Tras más de diez años consecutivos de crecimiento desde su nacimiento en 2005, el proyecto dirigido por María y Uxía Dominguez ha marcado las nuevas líneas estratégicas con el objetivo de construir una marca global de referencia dentro de su segmento”, señaló la compañía en aquel momento.

 

Más allá del crecimiento internacional (Bimba y Lola continúa teniendo una alta dependencia del mercado español), la empresa española podría abrir la puerta incluso a las adquisiciones. En enero de 2019, Bimba&Lola Studio, sociedad con la que opera la compañía, constituyó Bimba y Lola Inversiones, con la que podrá entrar en el capital de otras empresas.