Diez años de moda
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Evlox: camino en solitario del gigante que no fue
Diez años de moda en España
Tavex ha pasado de ser un grupo global de más de 300 millones de euros a un negocio local de 50 millones, llamado Evlox. Después de deshacerse la fusión con Santista, la histórica del textil español terminó rescatada por un pool de inversores.
Dar un paso atrás para dar dos hacia delante. La histórica del textil española Tavex Algodonera, fundada en Bergara (Guipúzcoa) a principios del siglo XIX, llegó a ser uno de los mayores fabricantes globales de denim a principios de los dos mil tras fusionarse con la brasileña Santista. Sin embargo, la costosa reestructuración del conglomerado resultante y el impacto de la crisis hizo tambalear los cimientos de aquel acuerdo a medida que la deuda iba incrementándose y cada vez era más difícil conseguir financiación. En 2014, ocho años después de la operación, se le puso punto y final. Desde 2016, un pool de inversores lidera el desarrollo de Tavex en Europa bajo la nueva marca de Evlox.
Esta última década ha sido decisiva para Tavex, la empresa más longeva del textil en España. Ya en 2009 se vislumbraba el difícil encaje entre los dos gigantes del denim. La llegada de la crisis sin duda perjudicó su unión. En 2008, dos años después de anunciarse la fusión, la compañía resultante arrojaba una cifra de negocio de 325 millones de euros, pero también unas pérdidas de 27,2 millones de euros.
Un año después, la empresa engordaba sus números rojos, concluyendo el ejercicio con un resultado neto negativo de 37,5 millones de euros. La reestructuración fue haciéndose cuesta arriba, con el cierre de las factorías de Chile y Bergara, pero fue remontando su resultado y disminuyendo sus números rojos.
En 2012, en plena estrategia de desinversiones, reestructuraciones y búsqueda de sinergias, el fondo de capital riesgo Mercapital presentó una oferta para tomar el control de Tavex e inició un proceso de due dilligence. Sin embargo, a medida que iban pasando los meses, la propuesta de Mercapital iba debilitándose, hasta que finalmente las negociaciones se rompieron. Tavex cerró aquel ejercicio con pérdidas históricas de 91,3 millones de euros.
Entre 2013 y 2014, el accionista de referencia del grupo, el hólding industrial brasileño Camargo Correa, empezó a mover ficha para sanear las cuentas: ejecutó una reducción de capital para compensar las pérdidas y lanzó una emisión de bonos para refinanciar una deuda que ascendía a casi 300 millones de euros. A finales de 2014, ante la dificultad de reconducir la situación, Camargo Correa trazó una nueva hoja de ruta: dividir la empresa en tres y venderla por separado. Para ello, el socio mayoritario del grupo ejecutó una oferta pública de adquisición (opa) por el total de Tavex y escindió la empresa en tres unidades: por un lado Brasil, por otro México y, por último, Europa.
Entre 2013 y 2014, Camargo Correa ejecutó una reducción de capital para compensar las pérdidas
Santista recuperó el negocio de Brasil; la mexicana Siete Leguas se hizo con la actividad de Tavex en el mercado mexicano, mientras que el fondo de inversión alemán Aurelius, especializado en reestructurar empresas en dificultades, tomó el control de la parte europea. El grupo inversor compró la sociedad española por veinte millones de euros y se hizo con un paquete que sumaba las oficinas en Madrid, Bergara y Paterna (Valencia), la factoría de Marruecos y la red comercial de Europa. La nueva sociedad representaba el 17% de las ventas del anterior grupo.
Nueva etapa de Tavex Europa
Bajo la batuta de Aurelius, Tavex inició una nueva etapa en España como Tavex Europa. La nueva sociedad trazó un plan estratégico para los siguientes tres años con algunos históricos de la empresa, como José Luis Zabaleta, que el nuevo propietario colocó al frente del negocio. Sin embargo, a los pocos meses, el ejecutivo anunció de manera precipitada su jubilación. Zabaleta había sido el último de los directivos históricos de la empresa, uno de los que a finales de la década de los ochenta llevaron a cabo una operación de management buyo out (MBO) para tomar el control de la compañía y lanzarla a bolsa.
La misión de Aurelius fue reordenar Tavex Europa y, una de las acciones que ejecutó en el periodo en el pilotó la empresa, fue reestructurar la plantilla que quedaba en Madrid, con la salida de directivos de largo recorrido. La plantilla del nuevo grupo ascendía a 543 trabajadores, aunque el grueso se concentraba en la fábrica de Marruecos. Un año después de comprar la empresa, y una vez concluida la reestructuración, el fondo alemán se deshizo de la textil vendiéndola a un grupo de inversores.
Tavex Europa se marcó como objetivo acelerar en el extranjero para tener presencia global en su nueva etapa
Tomó entonces el control del grupo la sociedad Cediani, participada por Salvador Moreno González-Aller y la familia Rein. Manuel Rein, de hecho, ya había sido accionista de Tavex en la década de los noventa, en un momento dulce también para la expansión de la compañía, cuando llegó a ser uno de los mayores fabricantes de denim para el mercado europeo. Esa década, pilotada por Enrique Garrán, fue la de mayor desarrollo internacional del grupo y también la de su deslocalización a Marruecos.
Entre 2016 y 2018, los nuevos propietarios retomaron el negocio de la textil y volvieron a colocar su contador a cero. La histórica del sector puso entonces al frente a Luis Aguiar, un directivo procedente de Tetra Pack Iberia y de Waterhouse Automation Iberia cuya misión fue reestablecer la confianza en la plantilla y volver a reordenar la actividad para encarar el crecimiento. La apuesta de los nuevos dueños de Tavex Europa fue firme, con un presupuesto de 16 millones de euros en cinco años sólo para modernizar la fábrica marroquí.
En su nueva etapa, Tavex Europa se marcó como objetivo acelerar en el extranjero para tener presencia global, pero una de las barreras con las que se topó fue con el nombre, que también usaban las otras dos sociedades que se habían hecho con los negocios de Brasil y México. Los nuevos propietarios optaron entonces por cambiar la denominación a Evlox para evitar confusiones. El cambio de nombre también representó el inicio de una nueva etapa.
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En 2017, la empresa creció un 9,5%, pasando de una cifra de negocio de 42 millones de euros a situarse por encima de los 46 millones de euros. Para 2018, la compañía esperaba alcanzar los cincuenta millones de euros en ventas. Para pilotar esta nueva etapa, Aguiar dio un paso al lado y entró en el consejo de administración de la empresa, cediendo el cargo de consejero delegado a otro directivo ajeno al sector, Jaime Lloréns, responsable hasta entonces de la estrategia corporativa de la compañía inmobiliaria Realia y con larga trayectoria en el sector financiero.
Evlox, cuyos orígenes se remontan a 1846, escribe ahora este nuevo capítulo en su historia con la misión de volver a ser uno de los players estratégicos del negocio global del denim.